Tan pronto como Isidro Piña bajó del taxi, se dirigió hacia la mujer que vendía veladoras en la banqueta. Preguntó cuánto costaban —25 pesos mexicanos
Tan pronto como Isidro Piña bajó del taxi, se dirigió hacia la mujer que vendía veladoras en la banqueta. Preguntó cuánto costaban —25 pesos mexicanos